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Y ahí estaba

  • Foto del escritor: Darlyn Skarlet
    Darlyn Skarlet
  • 5 ago 2019
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 24 jun 2020


Y ahí estaba, corriendo con todas mis fuerzas; crucé la esquina sin mirar, tenía que llegar antes que él. Alcancé los escalones y los subí de dos en dos, fue entonces cuando lo escuche…

-Perdón!!!- era un grito desesperado, yo podía sentirlo.


De pronto vi su silueta asomada por la esquina, acercándose a mi.


¿Quién lo hubiera imaginado? Que aquel muchacho me haría correr tan lejos de su presencia.

Recuerdo cuando todo comenzó, mierda, él realmente me hizo ver las estrellas. Era como el fuego,cálido, hermoso e incomprendido, pero lamentablemente había olvidado que el fuego también quema, destruye y reduce todo a cenizas.


Y ahí estaba, a un escalón y tres pasos de la comisaría.La sangre que escurría de mi nariz estaba manchando mi polera lila, mi favorita, su favorita;y mi ojo, si es que se le podía llamar así, estaba más morado que el traje de Barney, hinchado y punzante.


-Por favor perdóname!- seguía gritando, sin reparar en que ahora estaba mucho más cerca.


No puedo creerlo ¿enserio sigo aquí parada? Después de once meses juntos, de que me fuera a vivir junto a él, después de que hiciéramos el amor a diario y de que me enamorase perdidamente del lunar bajo su ojo...Jamás me hubiera imaginado que seguido el sexto trago mi príncipe azul se convertiría en un ser abominable, impulsivo y agresivo.Que justamente esa noche, en la madrugada,llegaría un mensaje de un número desconocido; y que él, absolutamente borracho, decidiera que este era mi amante y que yo merecía una lección…Y así todo se fue a la puta mierda.


-Mi vida por favor, perdóname no estaba en mis cabales, te lo ruego no entres allí, yo jamás querría lastimarte- miré sus ojos, estaban inundados en terror. Yo sabía exactamente cuando él mentía, no lo estaba haciendo.


Y ahí estaba, a metro y medio del ser al que llamaba amor, la persona con la que despertaba cada día, mi agresor.Realmente creía en el hecho de que estaba arrepentido , enserio, pero me importaba una mierda. Sus disculpas no me iban a devolver la integridad, ni desinflamarían mi ojo, mucho menos borrarían las escena que se repetía una y otra vez en mi cabeza.

Sin darme cuenta estaba temblando, tenía miedo, pero era valiente.


Lo miré directamente a los ojos y le sonreí, quería que me mirara, que viera como me había destruido el rostro, el alma.Entonces comenzó llorar,¿no era irónico?, el hijo de puta que me había azotado la cara contra la pared estaba llorando, él, no yo.


-Me das pena weon- le dije


Vislumbre un destello de esperanza en sus ojos, tal vez él pensó que lo dejaría pasar, que seguiríamos juntos después de todo, pobre weon.


-pero no la suficiente- finalicé, entrando en la comisaría.



 
 
 

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